LA MÁQUINA SOCIAL

persona o producto?Cuando algo puede reproducirse, se convierte en producto de mercado. Nuestra materia base, la vida, es previsible. Y sigue evolucionando, hacia la expresión de substancias que salen de esa previsibilidad, y que nos trascienden de ser producto, siempre que continuemos avanzando.
La novedad nos atrae, pero desde la vida, cualquier elemento ajeno a ella genera una tendencia a aferrarse a cualquier expresión que denote continuidad en la misma línea.
Llevamos muchos años con costumbres implantadas ajenas a una continuidad libre. Supliendo cada vez más nuestros recursos internos para convertir nuestra psique en algo que continúa la tendencia vida, pero que no es propio de un avance en la creatividad. Durante años ha sido quizá necesario un patrón para aprender, y hemos tenido un buen maestro, la vida. Pero ahora es momento de salir del nido y empezar a hacer las cosas por nosotros mismos. Como esto no está pasando, hay crisis en los sistemas sociales.
El encadenamiento a suplir la vida desde fuera anula a la sociedad creativa, aunque esto no sea visto así por el colectivo. Se presenta como un avance, como progreso, pues adopta la forma de nuestro siguiente paso, aunque la manera de llevarla a cabo es a través de un encadenamiento.
Veamos cómo se lleva a cabo.
El primer aspecto es la salud, como os he explicado en los primeros artículos. El enfoque de los tratamientos es suplir las funciones del cuerpo en vez de restablecerlas. Este proceder genera dependencia, negocio y anula la capacidad de restablecerse por sí mismo, algo que se considera que no es posible, para seguir fomentando ese negocio, que además es alimentado por el que no quiere hacer el esfuerzo de pensar con coherencia y tomar el control de su propio cuerpo.
Tras esto, la continuidad en esta dinámica escalofriante produce una cesión del propio cuerpo, que se convierte en producto para el resto de su vida.
El verdadero problema de salud es este, es peor que cualquier enfermedad, pues aunque la enfermedad es una adversidad, una lucha por integrar aquello que se ha puesto en el punto de mira, negarse la capacidad de vivir por uno mismo es negarse al propósito de la vida de seguir evolucionando en una expresión creativa.

A partir de aquí, encontramos otras manifestaciones, pero no son tan relevantes pues no tocan el aspecto vida. Son algo más libres, porque el encadenamiento es más consciente. Encontramos los avances en tecnología, el conocimiento, ideologías diversas. Cualquier tendencia puede valorarse desde el aspecto libre o desde el encadenamiento, y es el propio individuo el que se le presenta la opción a escoger.

La clave de esta prisión, es la ignorancia, y su alimento, el miedo. El miedo a enfermar o morir, o a equivocarse en una decisión, son ejemplos que vemos habitualmente y condicionan precisamente a una decisión que no se valora conscientemente lo que supone. El venderse a sí mismo es el daño más grande que podemos hacernos.

La verdad puede ignorarse por faltar, o por ser suplida por la mentira, revestida en la necesidad social del momento. La manipulación es sutil, pero puede verla quien ama la verdad, pues siente aquello que produce y que es único. Cuando buscas algo desde el corazón, lo encuentras.

Quien fomenta y busca el ser máquina ve al resto de la sociedad como tal. Y esto va a pasar con todo lo que se defina, pues la intención social por excelencia es el mercado.
El marketing online, las redes sociales están fomentando la opción a vernos como producto, y depende de nosotros que sea así. El socialmedia aporta una nueva manera de auto-conocimiento, pero tenemos opción a darle un uso esclavizador o libre. El hecho de que haya una dirección más o menos consciente de lo que escoge el individuo, quita importancia a la esclavitud, pues en el fondo es una elección libre. Curiosa paradoja…elegir libremente esclavizarse.
Qué hay tras esto?
Estamos aprendiendo principios, uno de ellos, el amor, que se expresa con una necesidad de reconocimiento, a veces hasta el punto de dejar que se pierda la propia integridad.

Cualquier camino al amor, empieza por el propio conocimiento. Observad la analogía con el producto de mercado…es el mismo proceder. En el fondo elaboramos nuestra identidad, sea como máquinas o como humanos. Y como esto es necesario para tener opción, es igual el método que usemos, pues en el fondo es conocernos a nosotros mismos. El auto-conocimiento en estos momentos da sentido al avance. Lo interesante es «vender» este conocimiento a nosotros mismos y ofrecerlo al mundo sin esclavizarnos. Ahora hay conciencia de ello, y por lo tanto opción a escoger, no el cómo lo hagamos, sino el motivo que nos mueve a hacerlo.

Escrito por Meritxell Castells 20/10/2013

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