¿SABEMOS ACTUAR HUMANAMENTE? EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE LA ACCIÓN HUMANITARIA

Persona Los problemas en un momento del tiempo nos hablan de nuestros límites. Aquellos valores que hemos tenido, empezamos a verlos de manera consciente. La inercia de nuestros actos ha prevalecido porque como sociedad en masa, el pensamiento no estaba establecido como manera de proceder. Cuando no pensamos, actuamos con los pensamientos de otros. Si ello se convierte en costumbre, como es habitual en nuestras tendencias, quedas atrapado en ello, y es entonces cuando solo los eventos críticos como lo que vivimos ahora, nos obliga a ser conscientes y, desde el saber, resolver el tema.
Lo humano se cataloga dentro de cualidades que tienen que ver con el tener en cuenta al otro…ayudarle a salir adelante, respetar el medio y mirar por el progreso de manera simbiótica. Vayamos al primer punto.
Desde la vida, todos estamos unidos, tenemos la materia y la información como cualidades comunes. Somos un ecosistema y existe un impulso vital que tiene en cuenta todos los elementos porque el equilibrio depende de todos. El sentimiento de ayuda entre un ser y otro viene de esta cualidad elemental. Es algo natural, y como pertenece al orden natural de la vida, lo hemos adquirido como algo virtuoso.
En un ecosistema virgen esto funciona por defecto, pero nos encontramos en un cambio… Hemos cogido las riendas y unos siguen el orden natural mientas otros lo rompen. Aunque separados, la conciencia de ecosistema sigue existiendo…ahora en conflicto. Es un acto que requiere integración de manera voluntaria y consciente.
¿Qué hay detrás? Aprender el principio de lo justo y generar unos valores nuevos, adecuados a nuestros cambios.
El tema es delicado…debemos darle tiempo y entender que hemos vivido en una costumbre moralista, adaptada a un modo de hacer no pensante.
La sociedad necesita aprender a generar su propio pensamiento, a responsabilizarse, a ser amo de sí misma. Mientras tenga el soporte externo aplicado sin «justa mesura» no lo conseguirá.
Observemos la naturaleza… Los animales cuidan a sus crías hasta que estas pueden avanzar por sí mismas. Una «madre» excesiva atrofia la capacidad de la cría. En la sociedad hay «madres» que adoptan diferentes formas, y no son contempladas como algo que perjudica…todo lo contrario. Es importante distinguir la cesión de acciones por profesiones. Lógicamente si yo arreglo mis zapatos no tendré que llevarlos al zapatero. Podría aprender, pero no es algo que me aporte la seguridad que desarrollas ante una acción que solo te pertenece a ti resolver. ¿Cuál sería esta acción? La salud. ¿Por qué? Porque el valor máximo que conocemos es la vida. Lo que más nos debilita es que ese valor máximo sea algo que dependa del otro.

Este asunto es la causa principal de todos los problemas actuales. La clave de cualquier cambio en la sociedad está en el individuo, y el individuo no avanza porque este asunto no lo tiene resuelto.
La primera cualidad que necesitamos para resolverlo es coherencia. Es imposible que nuestra supervivencia dependa de algo distinto de uno mismo, nos hubiéramos extinguido hace mucho.
Sigamos pensando…La parte que enferma es el cuerpo físico y lo que deriva de él, incluyendo la base emotiva. Es la materia viva, lo que os he nombrado al inicio del artículo, un sabio de millones de años de evolución, al cual se le ha sometido a procesos que son contrarios a sus principios, y que precisamente en estas últimas semanas se han descubierto como profundos errores de la ciencia médica. Lo han sido para nuestra biología…pero las repercusiones han llegado más lejos.
¿Cómo entonces distinguir un acto humanitario?
Una acción es humana cuando favorece nuestro progreso, algo tremendamente delicado a determinar, y que se resuelve con el principio de lo justo, además de una sabia conciencia de nuestra historia social y nuestro progreso interno.
Tras esto está la prueba de lo humano en cada uno. Precisamente lo humano es algo que creo que está por definir y que forma parte de un desarrollo que debe empezar por la propia conciencia. Aportamos recursos a quien lo precise, somos ejemplo de cualidades, pero también debemos alimentar la voluntad de desarrollo, no siendo «madres», sino «padres», que es la figura precisa en la etapa de crecimiento que corresponde al pensamiento y a la conciencia. La figura de la»madre» queda en el factor creencia. Ver el potencial de esa persona o sociedad, pues con ello le transmites confianza. El «padre» transmitiría autodeterminación.
Autodeterminación y confianza en uno mismo son ahora los pilares que necesitamos en la sociedad.

Escrito por Meritxell Castells el 3/12/2013

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