NUESTRA NATURALEZA, ¿SOMOS MALAS PERSONAS?

7993522335_8dda162a88_zEl desarrollo de la conciencia nos acerca a darnos cuenta de lo que somos. Avanza a pasos agigantados, aunque no es visible, pues en gran parte va por dentro, y la conciencia de lo que somos no pasa desapercibida por cada uno individualmente. Pero hay un freno natural a hablar de ello, a manifestarlo. ¿Acaso no somos como nos pensamos?
El orden natural ha mantenido nuestro estatus durante millones de años, expresado en una naturaleza que se regenera así misma… En términos de supervivencia es perfección, pues seguimos avanzando gracias a ello, aunque tambaleándonos en una fina cuerda, estirando el margen de la vida sin disposición a frenarlo.
Y aparece la cuestión tabú vista desde el aspecto moral… ¿Somos malas personas? ¿Un experimento fallido de la vida? ¿La escoria cósmica?
La respuesta la tenemos cada uno, y empezamos a ser conscientes de ello.
Necesitamos creer que somos buenas personas, y ello nos frena ver conscientemente lo que está pasando en el mundo. Es evidente que no lo estamos haciendo muy bien, aunque las consecuencias de nuestros actos no son el verdadero problema.
Cualquier evento en el desarrollo permite estirar el margen pues estamos aprendiendo. El verdadero problema es cuando este aprendizaje no se realiza porque aparece nuestra naturaleza destructiva.
El bien y el mal hay que entenderlo fuera del contexto moral conocido. Si anteponemos prejuicios, impedimos ver la naturaleza de lo que somos. Aquello que vemos manifestado existe de alguna manera. Si tuviéramos que ubicar en un ser vivo el bien y el mal, ¿dónde estaría? Definámoslo como algo neutro. La acción favorecida o la acción desfavorecida a unas leyes que permiten su existencia, con todo lo que comporta el existir, la generación y destrucción (cambio). ¿Son direcciones que existen desde siempre? El avance lo hemos visto, sea en generación o en destrucción, pero el des-avance lo estamos percibiendo ahora de manera consciente.
El avance lo vemos en la dirección de la materia, lo vemos en la vida, la secuencialidad expresada en el tiempo. La comprensión es un avanzar, pues cada paso es un aspecto más que tenemos consciente.

Cada cual en su dirección se define, muchas veces sin saber ni reconocer por puro prejuicio. Es fácil reconocer las direcciones… Cualquier expresión de fanatismo separatista es un acto de retroceso. Somos una sociedad y lo que pasa en el mundo es cosa de todos.

Pero vayamos a las bases de nuestra materia, donde las leyes se escapan al orden y a lo conocido. El mundo sub-atómico. No es necesario entrar en conceptos de física, simplemente es ver que la tendencia hacia la expresión elemental nos lleva a unas leyes muy precisas que sostienen la estabilidad de lo que somos. Al avanzar hacia lo complejo la materia se estabiliza, como si el mundo elemental fuera algo caótico y desordenado. Se conoce que es así… ¿Aquello que fundamenta nuestra existencia es desorden?
Os respondo con otra pregunta. ¿Si fuera verdad, soportaríamos reconocer lo que somos? Sería necesario algo más que conocimiento…
Si estamos frenando el desarrollo, conscientemente estamos descubriendo esta naturaleza. La paradoja no se escapa de nuestras anomalías. No podemos huir de lo que somos. La verdad puede ser dura, pero es la verdad. Es identidad, y debemos reconocerla si queremos realizar cualquier cambio.
La conciencia nos acerca a ello, nos está despertando nuestra identidad.
Vemos en nuestra expresión una dualidad que podemos aplicar también al avance y retroceso, como algo que se complementa a sí mismo y que da sentido a la ciclicidad de un movimiento constante en la materia, que fundamenta las interacciones que acaban buscando el equilibrio, como pasa en una reacción química.
Pero, ¿qué sentido tendría esta dualidad en nuestro desarrollo? La transformación.

El sentido de la interacción es el cambio. Una identidad conecta con una información, que siempre es algo distinta de sí, pues no hay repetición si la interacción ha concluido. La materia busca aquello que no tiene, y si sigue buscando es que no lo ha conseguido.
La interacción con la materia es intercambio, por eso los reinos avanzan hacia una materia más compleja. Estamos llevando la conciencia a los mundos más desordenados, para aportarles el orden que hemos adquirido en nuestra transformación, desde la complejidad de nuestra materia más «perfeccionada». Somos conscientes de ello cuando queremos ver la verdad, y hay capacidad de conectar cuando podemos sostenerlatodo un proceso de transformación por delante.

Os preguntaréis cómo queda el asunto… ¿Somos o no la escoria cósmica? No os lo tengo que decir yo, sino verlo vosotros, los que estáis preparados y no tenéis prejuicios para ver la verdad. Y a partir de aquí hacer lo que creáis que tenéis que hacer.

Escrito por Meritxell Castells 30/10/2013

Photo credir: Mr Caillou

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