NO TENGAS MIEDO, TE TIENES A TI MISMO

IMAGENUna adversidad podemos verla como una amenaza o como una oportunidad. No es cuestión de imaginarse nada, es pensar con conciencia y ver que realmente hay una materia con unas leyes que están por encima de lo demás, pues actúan donde está el valor máximo, la vida.
Podemos ver muchas cosas que nos amenazan, y sí, son ciertas. De la misma manera os pido que veáis una verdad que parece que se ha ocultado, aunque no ha sido así. No hablar de algo no es ocultar. Y esta verdad precisamente es algo que solo se sabe realmente cuando tú mismo la ves. Es el valor de uno.

En muchos artículos os he hablado de la materia viva como el sabio de la casa. Pero hasta que no os lo planteéis y lo veáis dentro de la adversidad no comprobaréis que lo que os digo es cierto. No basta con saberlo… No estás solo, te tienes a ti mismo.

Hay un principio en la materia, y que si observáis lo veréis. Todo lo que nos pasa es porque de alguna manera podemos llevarlo adelante. Siempre hay algo que podemos hacer, pues toda acción tiene un motivo dentro de nuestra evolución. La materia favorece la adversidad pues es una forma de crecimiento. Para nosotros puede simbolizar una adversidad, pero para la materia es algo natural.
¿Por qué siempre podemos hacer algo? ¿En qué se fundamenta esta seguridad? En lo que somos, algo que desconocemos.
Entendamos el asunto de nuestra fortaleza desde la lógica, por ejemplo. Es imposible que no llevemos encima los recursos para salvarnos la vida. La naturaleza es muy sabia y lo que quiere es seguir existiendo. Los medicamentos son algo añadido en la historia. Si observáis la vida os daréis cuenta de que debemos tener un orden natural, pues somos una obra de arte y es imposible que un medicamento pueda suplir ese orden natural.
Por lógica, lo podemos entender, pero hasta que no nos enfrentemos a ello, no nos daremos cuenta de que es verdad. ¿Cómo nos enfrentamos? No os preocupéis…la vida no para de ponernos a prueba, en el primer declive del estado de salud lo veréis.
El gran problema de la sociedad es que se ha aferrado al medicamento para restablecer su salud, dejando a un lado el mayor sanador que existe, uno mismo. Esto a la mayoría les puede parecer de risa, pero la vida nos pone a prueba constantemente, y las amenazas son cada vez mayores. Cuanto más tiempo os acostumbréis a depender de los medicamentos, más costará restablecer a este sabio.

En la salud o en cualquier evento que se nos presente como una amenaza, nuestro cuerpo nos pone a prueba. Y ahora hay muchos de estos eventos, y cada vez más. La resistencia va a ser inútil, pues ya están apareciendo eventos que atentan seriamente la vida, como por ejemplo el hallazgo de la bacteria KPC-oxa 48, una bacteria mortal resistente a todos los medicamentos conocidos; los tóxicos ambientales, que cada vez producen más consecuencias; los alimentos transgénicos, que se introducen cada vez más en la alimentación y que ahora se están empezando a ver sus efectos secundarios…

Saber de estas amenazas nos hace estar más al día de lo que pasa y nos puede pasar, pero si no tenemos una solución nos acobarda y todavía es peor.

La clave es entender qué podemos sacar de esto en nuestro desarrollo, y es mucho, pues ante tanta adversidad el punto de salida siempre es uno mismo. ¿Por qué? Porque UN SER HUMANO ES EN ESTOS MOMENTOS LA PUERTA ABIERTA A CUALQUIER MEJORA DE LA MATERIA.

Estamos evolucionando, y si podemos actuar ante estas adversidades es mejorando nuestra materia, nuestros sistemas, nuestras interacciones…todo, porque esto es lo único en estos momentos que puede enfrentarse a algo que viene de la misma naturaleza. Es una lucha de «especies», y gana la mejor.
Un virus o una bacteria puede ser un organismo complejo, pero ¿quien puede superar nuestra completitud? En el único aspecto que nos puede superar una especie es en la voluntad de evolucionar…algo que hace tiempo que se ha dejado de lado para entrar en la acomodación y en la indefensión…voluntariamente. ¿Se ha perdido la voluntad de desarrollo? Que cada uno se responda con sinceridad.
Algunos dirán que no nos han enseñado…y es cierto, pero ello no justifica nuestro cuestionamiento y nuestra creencia. A mi no me lo han explicado, pero yo me cuestioné el tema, mi voluntad hacia el conocimiento verdadero me hizo encontrar la verdad, y he pasado por fuertes adversidades…me he puesto a prueba por la verdad, voluntariamente, y lo que he descubierto es lo mejor que me ha pasado.
Sé que esto es una prueba para todos, y que la hemos de vivir cada uno individualmente, por dentro, pues es un asunto de uno mismo con uno mismo. Por mucho que pueda explicaros lo que sois, no lo sabréis hasta que no lo comprobéis por vosotros mismos. En mis libros, en todos los artículos que escribo, mi intención es haceros más sabios, para que tengáis la honestidad y el amor a la verdad suficientes para restablecer esta primera identidad. Y tened en cuenta que la sabiduría no consiste en datos, se encuentra cuando aprendes a pensar, a llegar por ti mismo al conocimiento. Todo lo que hago es para ese fin. No tengáis miedo, os tenéis a vosotros mismos, pero todavía no lo sabéis. Esto que os explico es una Verdad, y es captada desde el interior de cada uno cuando nuestra dirección busca a la verdad, si no, no. Es por eso que la honestidad es el principio básico para restablecer esta identidad. Y es curioso como el que no es suficientemente honesto no tiene ni el interés de saberlo.
Los cambios que estamos viviendo son evidentes, y habrá un momento en el que el margen de la vida no se estire más. Ese momento ya ha llegado, pues ahora un ser tiene suficiente opción de actuar con conciencia.
Como Ser Humano tenemos el potencial de desarrollo y transformación más grande que existe. Somos un mundo propio y completo, y es lo único que va a poder enfrentar todo lo que nos viene. No tengáis miedo, pues os tenéis a vosotros mismos, el único mundo que os queda por explorar.

Escrito por Meritxell Castells el 28/11/2013

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *