LA VERGÜENZA DEL DINOSAURIO

5099843866_b14ffa6c48Muchos de vosotros os preguntaréis por qué cuesta tanto cambiar. Es muy sencillo. Una conducta mantenida durante mucho tiempo genera una estructura de pensamiento, que si se excede en  expresión queda petrificada siendo difícil reciclarla.
Hay una tendencia en la sociedad al costumbrismo, es el legado de la vida que funciona por defecto con una estupenda ley del mínimo gasto energético, que si prescinde del principio de lo justo, se convierte en el cómodo estado de no trascender, típico de la población mundial de estos tiempos.
Tras esto hay una explicación… La dejaremos para otros momentos donde metamos nuestra capacidad de abstracción en los asuntos del conocimiento de las leyes de la materia…

Dinosaurios han habido en todas las épocas, seres con gran rechazo a la innovación, a nuevos valores, aferrados a doctrinas que han servido durante un periodo de tiempo, que ya no funcionan y deben trascenderse. Son los mismos creadores de valores que en una época fueron innovación.
En el Tiempo, todo tiene su «valor tiempo», y cuando algo se ha vivido, debemos pasar a otra cosa. Comprender es enriquecer la existencia…estamos en ello.
Un creador pone en marcha una idea, llena el tiempo con ella llegando a ser una idea original que funciona como pilar en los valores de todos.
Los cambios irrumpen con fuerza para los que se nutren de elementos nuevos… Ellos forman el impulso innovador que evidencia en una balanza el enfrentamiento de los dos adversarios en el campo de juego… El dinosaurio, asumido en su tiempo, no ve ni comprende los nuevos valores. Es evidente…no los siente ni los ha vivido. Significan una amenaza a su identidad actual.
Pero el «golpe de vergüenza» llega…
La misma evolución de las masas llega a un punto crítico de trascendencia. Si el nuevo valor está por todas partes, acabará viendo lo que es evidente… Su propia «antigüedad».
Asumido en su grandeza, busca seguir alimentándola en los valores actuales, perpetuados además por fieles seguidores, pequeños dinosaurios que caminan con ellos. La persistencia en viejos valores es algo imposible pues los cambios impregnan más de lo que es visible, y los antiguos sistemas acaban desapareciendo ya que no disponen de los «fundamentos físico-químicos» necesarios. Es entonces cuando se da cuenta de que la innovación es un acto que empieza en la conciencia de la propia inteligencia, algo que carece.

El dinosaurio da valor a lo que conoce. Él ve que en principio hay cambio, pero no lo reconoce, pues ello supone perder su status social…sin darse cuenta de que ya lo ha perdido. De ese antiguo valor solo queda sí mismo.
Ha de evidenciar conscientemente el progreso como tal. Es precisamente esta idea evolutiva la que te sitúa en la historia…pero antes hay que conocer muy bien los pilares de la evolución.
La vergüenza viene cuando el dinosaurio se da cuenta de su corta inteligencia. Lo fácil es entrar en avaricia, en corrupción, cualidades del barbarismo y la ignorancia. Un ser inteligente es capaz de ver que forma parte de algo mucho más amplio que si mismo, y que su propia supervivencia depende de ello. Parece una ironía cómo la naturaleza se protege a sí misma, pues un ser poco inteligente se dirige a su propia extinción…como si la propia naturaleza lo quitara de la selección natural.
La inteligencia te lleva a la conciencia, a la honestidad, al respeto, a la simbiosis… Es la manera que la Naturaleza selecciona a los mejores. El mayor valor en estos momentos está en las cualidades más difíciles de expresar.
Hay un dicho popular que dice «rectificar es de sabios». Qué mejor momento… ¿No os parece?

Meritxell Castells 24/3/2014

Photo credit: Óscar Chávez

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