LA DECISIÓN MUNDIAL

decisionCada día aparece un nuevo evento en el mundo que nos enfrenta a nuestras capacidades. La realidad externa es extrema y no avanza, todo lo contrario. Pero… ¿Y las personas? ¿Estamos aprovechando esta adversidad para aprender? Yo creo que más de lo que nos pensamos. Lo que nos falta es saber por dónde abordamos el tema, cómo actuar. Hay mucho miedo…hacia el poder, nos pensamos que si hacemos algo nos van a detener, o hacer daño…
Quiero introduciros en el pensamiento del momento donde estamos ahora, y analizar qué podemos hacer cada uno realmente, para que haya cambio.
Está claro que los gobiernos están en su posición y no tienen pensamiento de cambiar. Son conscientes de los engaños y la corrupción que introducen en el mundo, y siguen haciéndolo intencionadamente. Si existe algún buen motivo para comportarse así, sale de una voluntad de la que no son conscientes. Eso no quiere decir que no exista este motivo…y de hecho suele ser una clave para entender el sentido de esta situación mundial desde el punto de vista evolutivo. Busquemos este motivo. La verdad es que necesitamos un empuje… La población está muy acomodada a que sean otros los que realicen los asuntos de poder, las decisiones que nos hacen crecer. En el artículo de la indefensión os expliqué realmente qué está pasando con el poder, y que realmente ellos también están expresando su debilidad. Si tenemos que desarrollar nuestra identidad, y lo hacemos en base a reconocer lo que somos y ver el poder que tenemos cada uno sobre nuestras vidas, lo estamos haciendo «por las malas», típico de una situación forzada, de algo que se mantiene ya durante demasiado tiempo. Estamos forzando el orden de las cosas, nos hemos excedido en el desarrollo emocional, ahora toca coger las riendas de nuestra vida, cada uno individualmente.
¿Pero cómo lo hacemos? Estamos acostumbrados a que tomen decisiones por nosotros, me refiero a las importantes, las que conducen a nuestro desarrollo, las que implican a tercera personas.
Lo que nos da fuerza es la identidad, saber lo que somos. Esto crea unos principios, unos valores. Si lo que está en evidencia es la verdad, y sabemos que es lo que da fuerza, ¿por qué no es considerada un valor prioritario? Realmente, ¿qué es lo que valoramos? Desde algún lugar de nosotros del cual no somos conscientes tenemos la vida como valor máximo, por eso luchamos por la supervivencia y todo se mueve por sobrevivir, principalmente. Pero con este valor cubierto, más o menos…sin plantearnos la muerte hasta que no la vemos venir, seguimos buscando y entramos en el valor del deseo, nuestra parte emocional. Y ya no vivimos, sino disfrutamos de los placeres de la vida a cualquier precio. Esto lleva al consumismo excesivo, a la explotación de los sistemas naturales, etc. No es el hecho de que hayan excesos en la población lo que deteriora, sino el hecho de que la persona no desarrolla el principio de lo justo, algo que es importante hacer ahora como síntesis de nuestro desarrollo personal.
Con nuestra identidad establecida, seguir la verdad es seguir nuestra voluntad, y hay la fuerza para hacerlo. El secreto es la conciencia.
Empezamos por pequeños valores. Os pongo unos ejemplos.
– Todo lo que hagas que tenga sentido para ti, aunque no puedas explicártelo de entrada, inténtalo. Es algo contigo mismo.
– Querer ver justo, lo que necesitas ver…tener el hambre justa para lo que vas a gastar, y si necesitas reservas para algo, tenlas en cuenta. En general, que todo lo que entre por tus sentidos, todo lo que venga para que aprendas…sea justo lo que puedas contener.
– Querer aprender a detectar cuando una información es verdad y cuando no. La verdad produce una sensación en el cuerpo que la mentira no lo produce. Si quieres aprender a detectarlo, el conocimiento llega.
– Busca el sentido de la existencia de algo. Por ejemplo, la corrupción de un político es algo que existe, piensa en los motivos de la existencia para que eso concreto exista. Haz lo mismo con todo lo que se presente como adversidad. Entrar en guerra, en enfado y rabia es lo fácil…es una opción más limitada. El pensar… La conciencia amplia opciones y te acerca a la verdad, pues partes ya de una idea que es verdad, la existencia de algo. Esto te puede servir de ejemplo para avanzar en cualquier camino, pues partir de una idea sólida llegas a la clave.

Hay una dependencia muy fuerte del grupo todavía. Estamos pendientes de lo que hace el otro.. Nadie se atreve a hacer nada…pues todavía hay la creencia de que el poder está solamente en los gobiernos. Crear nuestra identidad individual nos permite estar de manera íntegra en un grupo, pues el poder solo se establece en una identidad.

Somos como niños que no quieren crecer para no asumir responsabilidades… No me refiero a las que aporta la vida de padre o tutor, sino a la que lleva uno consigo mismo, con su propia verdad y su dirección. Hemos de decidir en qué bando estamos… ¿Queremos crecer o no? Hay una resistencia global a hacerlo, persistiendo la conducta de seguir en la misma postura del acomodamiento. El comportamiento general es una huída, pero no podremos hacerlo durante mucho tiempo más… El margen del equilibrio que mantiene todo se está estirando demasiado.
El trabajo es individual, cada uno ha de responder al mundo por sí mismo. Este es el paso…decidir, realmente lo que uno quiera, consciente de su decisión.
Individualmente, dentro de uno mismo, que cada uno viva la guerra o el desorden que quiera experimentar, pero en convivencia hay leyes, no las que impone el hombre, sino las que dicta la materia, en cada «experiencia de campo»… Estamos aprendiendo a ser una sociedad, repetir lo que ha hecho la vida millones de años, aunque ahora, hemos de aprender a hacerlo de manera consciente. Quien no quiera aprender, solo tiene que decidirlo, consciente y seguro de su decisión, pensando en lo que supone y actuar después en consecuencia. Los que están en el poder han decidido, pero todavía no son conscientes del pacto de la indefensión, asumidos en su avaricia. Pero ahora lo serán.
Es el momento.

Escrito por Meritxell Castells 30/9/2013

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