LA PARADOJA DE LA LIBERTAD

Observamos nuestra existencia y parece que estamos prederminados. Si…existimos dentro de una secuencialidad que sostiene la realidad, y gracias a ello desarrollamos el Tiempo. Estamos tan dentro de él que no percibimos lo que es. Ese entender mediante diferencias de las primeras fases del desarrollo de la mente nos hace permanecer en los números…interesante, puesto que parece que ahora toca aprenderlos cognitivamente.
Y aquí empieza la paradoja. Si la substancia mental aporta el principio de la individualidad, pues todo queda definido en su unidad (identidad), ¿dónde empieza y acaba esta prederminación?
Dentro del número es el número, la vida, la previsibilidad, y no olvidemos que el cerebro es físico, es parte de esa materia viva.

La expresión humana nos aportará más paradojas…que están a punto de empezar a expresarse.  
Ser Humano implica solventar dependencias. El primer conflicto aparece en la continuidad de substancias. La experiencia del Margen nos aporta esta oportunidad, pero un Ser Humano es un proceso de transformación del animal racional que implica saber y hacer. Un Ser Humano se desarrolla con la acción del individuo libre. La realización de cualquier acto desde la opción de hacerlo o no.
El Margen nos adentra en la paradoja del existir como un acto libre. Necesitamos una substancia que sea capaz de manifestar este acto, y es creada en la solvencia del Margen.
El Margen crea opción, pero hay que ganarla. Un Ser Humano puede decidir sobre sus substancias, simplemente porque han sido creadas por él mismo. En el reino animal hay «madres» que te hacen persistir en el tiempo ampliando el margen. Son los profesionales de salud, médicos, sanadores… Se puede decidir sobre el reino animal… pero no sobre un Ser Humano…
La evolución sitúa el poder en otros reinos. La Humanidad herida vuelve al trono.