EL SUICIDIO

Captura de pantalla 2013-09-12 a la(s) 00.23.43La vida es el valor máximo que existe. A escala individual lo vivimos como un acto de supervivencia constante, sin entender los motivos que impulsan a ello. La pregunta sería, ¿por qué la vida es el valor máximo? ¿por qué debemos conservarla?
A escala mayor es un salto en los niveles de comprensión, pues tenemos que valorar, ya no la vida, sino la existencia. Y si las leyes físicas nos dicen que nada se destruye sino que se transforma, visto desde esta escala mayor o incluso más, parece que no tiene importancia.
Entonces…no es eso. Parece que la vida obedece a algo mayor, con lo cual hay algo más importante que su existencia.
¿Y qué es? Analizándolo desde la perspectiva de la vida como valor máximo cuesta de ver algo diferente. No es que nos lo planteemos así, está por defecto, es nuestra intención más clara, aquello por lo que tenemos que vivir.
Así pues la pregunta en cuestión no es algo que podamos resolver desde donde estamos ahora, estamos «nublados» por nuestra voluntad más elemental. Pero es así, pues no es algo que sea necesario ver en estos momentos. Es más, no hemos de verlo, para que la conservación de la vida venga por sí sola.
Os planteo el tema del suicidio así, pues es necesario tener en cuenta lo que sentimos ante la vida, y es algo no consciente. Los asuntos de este tipo se escapan al razonamiento. Evidentemente algo que es para nosotros el valor máximo, el hecho de sacrificarlo puede tratarse de un acto consciente ante el conocimiento profundo de lo que hay más allá de este valor, o todo lo contrario, un acto de cobardía y desconocimiento de un don que es el don de la vida.
Analicemos el asunto todavía más.
La vida es solo una manera de existir. Una piedra, por ejemplo no se considera un ser vivo, tiene sus periodos de transformación. Es una materia que está, de alguna manera u otra. Nosotros también…estamos como materia, pero el acto de acabar con la manera de existir «vida», voluntariamente, sitúa a la persona que lo realiza en una posición de libertad de decisión ante este acto. La persona que se suicida toma el poder de decidir si continúa viviendo o no, aunque la mayoría de veces presionado por circunstancias que pasan por encima de ese razonamiento, que en el fondo no puede fundamentar porque desde la perspectiva donde estamos ahora, esta etapa evolutiva, queda en vacío. Sea consciente o no, toma el poder de su materia viva, y decide acabar con ella. Generalmente lo que hay detrás es un acto emocional, una presión ante un conflicto, y una gran resistencia a solucionarlo. Sea un mundo complejo, o una situación que la persona considera insostenible…la opción fácil es acabar con la vida, pues es la que mantiene a la persona que genera esa situación.
Cuando el valor vida se sostiene de manera inconsciente, por defecto se mantiene, pues hay la voluntad inconsciente de vivir. Por respeto o por aferramiento a otros factores, o por los demás…la persona actúa por defecto, y reconsidera su acción. Aún así, no es consciente por qué debe vivir o morir. Pero el planteamiento de esa duda existe, en épocas de cambio suele haber confusión de valores, y es de hecho en estos conflictos, que uno llega a la verdad que se plantea.
Estamos evolucionando en el desarrollo de la conciencia. El valor consciente de la vida se crea con su conocimiento. Fijaos que estamos desarrollando conciencia y esta crea libertad de opción. No puedes decidir sobre algo que no es tuyo, el atentado a la existencia, está ahí.

Pero entonces, ¿por qué pasa?
Porque estamos saliendo del valor vida, un acto que tiene que hacerse desde la opción.
Esto solo justifica el porqué puede realizarse, por qué está en nuestras opciones.
Salir de la vida no es morir, sino entrar en otros valores de la existencia. El valor que se empieza a desarrollar es la conciencia. Lo que ya conocemos se trasciende para pasar a otra cosa, por eso estamos completando el conocimiento de la vida. El existir, se manifiesta en otras formas que también son parte de esta aventura.
Salir de la vida es salir de la previsibilidad. Estamos empezando a generar nuestras substancias… Ante esto, uno puede decidir, pues son suyas, y además hay la sabiduría suficiente como para encaminar la materia hacia los valores generales del momento.

 

Escrito por Meritxell Castells 11/9/2013

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