La cuerda solo se rompe si la estiras más de lo que puede aguantar. Los eventos pasan por química, y la destrucción de los habitantes del planeta es posible. ¿Cómo puede ser? Os lo explico.
La clave está en el aprendizaje y la química de los acontecimientos, que simplemente actuarán según se requiera y se verá expresado en una manera concreta de llevar a cabo esa regulación constante.
Entender las leyes de la vida y la materia es algo que necesitamos para reconducir la situación que estamos viviendo. La vida promueve la existencia, en unas condiciones muy específicas que obedecen a mantener un equilibrio en lo que considera vital como identidad. Me refiero al todo. La vida, tiene una conciencia del todo muy exacta. Todo se tiene en cuenta, pues es su propia identidad.
Está esta identidad…y hay unas leyes, como son el mínimo gasto energético, que optimiza los recursos. De este mínimo gasto parte la no-repetición y el saber trascender lo que ya se ha aprendido. cuando esto no se realiza, es cuando se fuerza todo.
La vida promueve el existir, pero destruye si algo ve claro que rompe el equilibrio del resto. La forma no es más que una identidad expresada en el tiempo, pero hay una parte que conserva y transmite la identidad. Es todo lo que es información. esto os lo explico para que entendáis la evolución en otras formas de vida, otras donde la conciencia pueda seguir existiendo. De este tema os puedo hablar en otro post si queréis.
Así pues, ¿la vida está dispuesta a perder una parte de sí misma para conservar su esencia? Sí.
El margen se está estirando demasiado, y las adversidades para que aprendamos son cada vez más potentes, trayendo nuevas oportunidades que se desaprovechan. Somos muchos, y con un nivel cultural muy bajo (por supuesto no lo valoro por el conocimiento que recibimos desde fuera, sino por lo que uno está dispuesto a cuestionarse).
Estamos viendo desequilibrios cada vez más potentes en todos los sectores. No es el progreso tecnológico, este puede llevarse perfectamente con acción sabia. El problema principal, es algo que puede explicarse con la falta de honestidad que hay, y que genera acciones que mantienen los valores que ya deben dejarse atrás.
Es lo que ya no toca hacer lo que nos destruye, solo eso.
A partir de aquí, la química del momento nos aporta lo que se requiere, y está claro de que si la situación se fuerza demasiado, y ya está pasando, aparecerán eventos cada vez más graves. Hasta que, si se estira demasiado la cuerda, se rompe. Si la vida se ve amenazada, y la peor amenaza es un cáncer cósmico, esta pequeña fracción se auto-destruirá, sin parecer que sea una autodestrucción…ya os he dicho que es pura química. No habrá eventos de escape a otros planetas pues si os fijáis, ni siquiera han encontrado la manera de salir de la Tierra por mucho tiempo, por la «fuerza» de la gravedad. No podremos escapar del planeta hasta que no aprendamos a ser Vida.
¿El móvil de la destrucción? Cualquiera. Desde un meteorito u otro objeto que choque con el planeta, un virus devastador, terremotos de gran magnitud…cualquier cosa es válida.
A escala cósmica, vedlo como la analogía de rascarnos la piel, mueren unas cuantas células, pero no el generador de células. Lo que es importante conservar, continúa en alguna parte.
Viéndolo así, parecemos insignificantes… Esta situación solo se presenta en caso extremo. El margen se estira muchísimo, lo estamos comprobando, estamos comprobando nuestra resistencia. Los eventos tienen un valor tiempo, y hay unos tiempos para trabajar ciertas cualidades. Esto pasa porque .los eventos internos tienen correspondencias externas, la naturaleza está sabiamente organizada. Cuando pasa el tren, quien no lo coge lo pierde El tren puede esperar un rato, pero mucho más no porque desestabiliza al resto de personas y trenes. Lo que nos está pasando es lo mismo.
¿Qué hacer? Conciencia. Y sí, hay mucha ignorancia, pero los que empiezan a tener conciencia son precisamente los que tienen el poder de cambiar las cosas, el resto, solo sigue. Y otros ya están haciendo lo que sienten que tienen que hacer.
Escrito por Meritxell Castells 27/10/2013