Observamos el mundo y la situación parece evidente. Una política reflejo de una sociedad que no piensa por sí misma, favorecida por la irónica libertad de su misma elección pasiva de no hacer nada más que quejarse, sin intentar comprender la situación y elegir el camino más inteligente.
Como sociedad, sabemos perfectamente en lo que fallamos…solo hace falta ponernos realmente serios y pensar. Es entonces cuando vemos que el compromiso de cada uno es enfocar la voluntad hacia lo que podemos hacer individualmente, independientemente de lo que hagan otros.
¿Por qué?
La conciencia de grupo potencia la acción múltiple…y no salimos de ello. Si uno grita, el resto grita… Si uno se abandona, el resto también. Uno hace algo porque lo hace el otro… De ahí la importancia de la individualidad…son múltiples direcciones que abren más posibilidades. Cada uno individualmente se compromete con si mismo y a partir de ahí afecta al grupo.
El poder está corrompido por los que tienen poder social, manipulan la información para conseguir sus fines, intentando mantener a la población en la ignorancia para que siga existiendo como ellos quieren. Nada es obligado, pues en el fondo, los políticos son escogidos por el mismo pueblo. Una vez pactado, ellos cumplen su parte como una reacción en cadena imparable.
La manipulación hacia un grupo es ejercer una fuerza contra otra fuerza. Cuando el grupo se diversifica, hablamos de individuos, cada uno con su particular dirección…algo más difícil de controlar.
En el tiempo aparecen nuevas oportunidades de cambio…pero si la sociedad no sale de su ignorancia escogerá al mismo tipo de gobierno, y todo sigue igual.
Los asuntos sociales requieren la valoración de la sociedad como grupo. Pueden haber influencias de individuos más sabios, pero la misma ignorancia atrapa al que no quiere ver, sobre todo cuando está familiarizado con el rechazo de nuevas ideas, bajo la perspectiva de la «superioridad» que cree que le aporta con ello.
Está claro que la solución al problema social no está contemplada, que obedece a algo innovador, y que es rechazado, pues la misma educación que recibe un ciudadano ya se enfoca a la desconfianza de nuevas perspectivas.
¿Atrapados entonces? Sí, pero en uno mismo… Aunque no os lo parezca, este asunto es libre, donde está el verdadero poder no hay sometimiento. No puede haberlo… Las leyes de la materia están por encima de los acontecimientos. Son las que determinan los eventos de la evolución, las que permiten realmente la opción…y estamos en un momento donde, al poder ser conscientes de lo que nos concierne, tenemos opción de cambiarlo.
Todo es cuestión de química. La información está, solo hemos de querer encontrarla, dependiendo del enfoque de nuestra voluntad.
Hay libertad incluso para el que quiere conspirar, corromper. Algo que ha sido aceptado, aunque no sea reconocido. Evidentemente que hay una presión por parte del que intenta convencer… Las voluntades son fuerzas luchando por un punto de manifestación en la sociedad, y lo consiguen. En el caso de los políticos, su voluntad es firme hacia conseguir el poder para realizar sus fines. La sociedad acepta, pues prevalece más la intención de no cuestionarse. Le es más fácil creer…pues está en nuestra naturaleza abandonarnos a esa «madre» que nos lo hace todo. Ahora hemos de empezar a resurgir por nosotros mismos, y las «ostias» nos vienen como consecuencia de esa reacción en cadena. La solución, está en completar esa parte que nos falta. Si hemos cogido una dirección sin pensar, hemos de volver a ella y realizarla pensando.Es completar lo que nos falta, así de simple.
Necesitamos creer para fundamentar nuestra confianza…pero debemos dirigirla hacia uno mismo, con los fundamentos que requieren. No es un acto de fe, sino certeza.
El acto de pensar nos individualiza, y esto es necesario para reconocer nuestra identidad. A partir de aquí, con la integridad individual podemos estar en grupo de una manera libre. Una sociedad es un conjunto de seres. Nuestra evolución nos lleva a individualizar para restablecer la primera identidad. Es una especie de egoísmo, necesario para definirnos, para llegar a vernos como individuos en una sociedad cada uno con su particular expresión.
Conservamos el sentido grupal, si se desarrolla libremente. Aunque desde nuestro estado como individuos, se conserva el respeto hacia el otro. No quitamos cualidades, añadimos. El sentido de la totalidad no desaparece, pues incluso cada uno somos un mundo dentro de nuestra identidad.
No estamos atrapados en un mundo de políticos corruptos, aunque lo parezca. Hay libertad, pero se encuentra en las bases de lo que acontece. Es ahí donde hemos de incidir…aunque primero es saberlo. El atrapamiento es en uno mismo, la sociedad fomenta su propia ignorancia libremente. La clave está ahí. La acción está en buscar esta primera identidad, hemos de ver realmente quien somos, y esto empieza en la acción de buscar el conocimiento, la verdad…por uno mismo.
Escrito por Meritxell Castells 24/8/2013