LA SOCIEDAD TECNOLÓGICA, ¿REALMENTE NOS ESTAMOS DESTRUYENDO?

socialización tecnológicaPor supuesto que no. Lo que pasa es que nos hemos dejado algo importante. Os lo explico.

El avance tecnológico es un paso adelante en la evolución. Somos un reino más complejo de la naturaleza, y estamos saliendo de la conciencia de grupo, con todo lo que el individualismo comporta. Partimos de la vida, y ahora estamos comprendiendo sus bases de manera consciente, pues es parte de lo que somos, el auto-conocimiento implica tenerlo en cuenta.
Pero no está sucediendo así…
El individualismo parte de una actitud diferenciadora a la hora de aprender, sin todavía tener integrado el concepto de la riqueza de intercambios que supone. Así, desarrollamos la conciencia como algo contrario a la inconsciencia (característica de la materia viva). La tendencia es a la separatividad…al rechazo, por verlo como algo diferente y además inferior.
A partir de aquí aparece una conducta donde se asocia el progreso a la negación de la vida. Es un error, y demuestra una limitada visión de la realidad.
De la vida, traemos el concepto del todo. La unión con todo lo que existe forma parte de nuestra memoria. Somos vida, es lo que tenemos más desarrollado, y todavía no la conocemos totalmente de manera consciente.
La tecnología no debe suponer una separación con la vida…todo lo contrario, es el añadir un elemento más a nuestro campo interactivo. Supone una ampliación del concepto vida. La tecnología es el trabajo con elementos que consideramos de entrada no vivos.  Parece que es el momento de cambiar el concepto…pues el reino mineral es tan previsible como el orgánico.

Los cambios en las interacciones, y en este caso estamos «jugando» con el reino mineral, nos aportan ampliar la experiencia de la existencia…pero es un error no considerar lo que todavía está pendiente, el reconocimiento consciente de lo que somos como vida.
La prueba está en el hecho de que estamos avanzando, pero a la vez nos estamos destruyendo.
¿Por qué?
Porque no tenemos una identidad… La socialización está siendo un trabajo difícil. La sociedad no sabe dónde está, se desconocen las causas de la mayoría de los eventos. Los modelos que se elaboran son parciales, y en base a ellos se toman decisiones importantes, arriesgando lo que existe, con la supremacía de creer que se encontrará la manera de arreglarlo… ¿Confianza? En una sociedad inteligente diría que sí, pero no partiríamos de decisiones arriesgadas que no tengan en cuenta factores evolutivos. Solo en este caso el trabajo en el límite tiene justificación. No es el caso de los eventos actuales…
Algo se pierde… El factor que fundamenta…sea grupo o humano. Ese factor que tiene en consideración una identidad, y que únicamente parte de ella misma. Un humano es una especie por sí mismo, pero siempre será un conjunto de algo, es la constante de la complejidad de substancias. Una unidad de átomos, o de células…más o menos complejos, pero una identidad.

Recibimos información del entorno y nos formamos. Por nuestra naturaleza a lo que confiamos, introducimos en nuestro «ecosistema» elementos que nos son presentados una y otra vez… Quien quiera formar una sociedad determinada solo tiene que hacer esto, como si la finalidad fuera calmar a las fieras para controlar o para ir pasando como se pueda… En ambos casos es persistencia a un camino no-ordenado, que encadena a la sociedad en vez de liberarla de lo previsible.
El desorden está muy avanzado…pero estamos a tiempo. La verdad está ahí, con una coherencia tremenda. Es uno mismo, algo que todavía no se ha considerado realmente. No esperemos que se haga desde el grupo…no hay que esperar que sea un líder social el que apruebe esta idea…sino un líder real. Está en uno mismo, y se manifiesta cuando buscamos honestamente la propia certeza.

 

Posted by Meritxell Castells 17/8/2013

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